Imagina la decadencia de la ciudad, calles y casas llegando a su ocaso. La ciudad abrió sus ojos y observó, fuera del tiempo de reacción, el peso de un día completo y complejo.
Muchos creen eludir los hechos que puedan violentar sus minutos, pero, sin notarlo, se acercan sin lograr escapar.
Oirás —oiremos— al incendio repercutir con su alboroto de protesta. Nadie lo reconoce, pero cuando se descontrola y se eleva, suele construirse y repartir el inicio de un epílogo. Es como una sacudida que se adelanta y despotrica sin que nada le corte el paso.
Para el incendio, metal y madera son un fin de semana para volverse ceniza o ablandar moléculas.
Cuando extendió su mordida, la ciudad lo vio como un perro sucio dentellando las pantorrillas del mendigo.
El bombero quiso ahogar el incendio, pero entre querer y poder, un arcoíris extendía su puente, del que descendía el rojo, y el poder se le escapó de las manos.
Corre o resguárdate, aligera el paso y protege el cuerpo tras el muro o las paredes, dijeron; pero no que asimilaras el momento en que lo absoluto acaba para marcar un punto de partida.
Solo quien interpreta al incendio como enemigo desconoce su origen primario, pues el sol iluminó el cosmos y luego cobijó a los planetas con su ardor. Porque lo que destruye o convierte en escoria solo es el paso hacia otra realización.
Tiene un rostro oscuro el rastro que deja: una mejilla carbonizada donde antes estaba el parque o la tienda.
Las reformas de las cosas inician con tragedia, y dentro del caos que asume el incendio amanecerá lo inesperado, y lo inesperado acontecerá con otro color menos triste y menos monótono.
Para anhelar la tranquilidad, debió suceder antes el incendio. Solo resta esperar que culmine su desastre, porque a partir de él, la purga elegirá qué o quién asumirá el rol de la esperanza.
Escritor aficionado y autodidacta, conocido en redes sociales como Proscrito Calavera 2.0 (Instagram y X, antes Twitter) y Juan Malospasos en la plataforma de escritura Writco. En estas redes ha compartido nanorrelatos, poesía y ejercicios literarios, explorando géneros como ciencia ficción, fantasía, terror, ficción utópica y distópica, FanFiction y temática sobrenatural. Su relato La noche del cáliz fue seleccionado para aparecer en la tercera edición de la revista Nocturna, publicada por Black Page Bogotá en diciembre de 2024.
Es un lector asiduo de los clásicos de terror y ciencia ficción, como Blackwood, Lovecraft y Machen, así como de los bolsilibros de la editorial Bruguera en su sección de Western. Actualmente, participa activamente en la plataforma Inkspired.